Proyecto Multivisión

Experimentaciones para presentar diferentes perspectivas sobre la manera en que cohabitamos en planeta con otros seres.

Experiments aimed at presenting different perspectives on how we share the planet with other living beings.

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Las preguntas sobre la naturaleza y sus funciones son fundamentales en nuestra búsqueda de un equilibrio. Desde una perspectiva antropocéntrica, la humanidad tiende a ver la naturaleza como un recurso para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, es necesario reflexionar sobre cómo podemos servir a lo que nos rodea en lugar de explotarlo. Como seres humanos, poseemos la capacidad de abstraer, crear y transformar. La clave está en utilizar estas habilidades de manera que beneficien tanto a nuestra especie como al entorno que habitamos.

Las ciudades son el escenario donde experimentamos el tiempo y el espacio. A menudo, la arquitectura que nos rodea refleja el esplendor del patrimonio humano, pero también pone de manifiesto el desequilibrio, la desigualdad y el malestar social. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Es este modelo urbano el más adecuado para coexistir en este planeta?

Durante mis sesiones de documentación, he observado la fragilidad y decadencia de nuestros espacios urbanos. Las calles presentan construcciones a medio terminar, están cubiertas de basura y muestran estructuras dañadas y descuidadas. Esto indica que no solo descuidamos los lugares, sino también a los seres que habitan en ellos. Ignoramos la importancia de preservar los paisajes que aún no han sido alterados por la humanidad, así como aquellos que han sido transformados. Parte de esta desconexión puede derivarse del descontento y la deshumanización provocados por un sistema capitalista insostenible, que nos aleja de nuestra esencia espiritual y de nuestra unión con el entorno.

Questions about nature and its role are central to our quest for balance. From an anthropocentric view, humanity often sees nature as a resource to meet its needs. However, we should also reflect on how we can serve the world around us, rather than exploit it. As human beings, we have the ability to imagine, create, and transform. The challenge is to use these abilities in ways that benefit both our species and the environment we inhabit.

Cities are where we experience time and space. The architecture around us often reflects the grandeur of human heritage, but it also highlights imbalance, inequality, and social unrest. This raises an important question: Is this urban model truly the best way for us to coexist on this planet?

During my documentation sessions, I’ve observed the fragility and decline of our urban spaces. Streets are littered with half-finished buildings, covered in trash, and filled with damaged and neglected structures. This suggests that we neglect not only these places but also the people who live in them. We overlook the importance of preserving landscapes that remain untouched by humanity, as well as those we have altered. Some of this disconnect may stem from the dissatisfaction and dehumanization caused by an unsustainable capitalist system, one that pulls us away from our spiritual essence and our connection to the environment.